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Administración efectiva del tiempo durante el trabajo desde casa

Como medida para controlar el avance del COVID-19, muchas empresas implementaron sistemas de trabajo desde casa para sus empleados. Aunque algunos negocios han vuelto a sus oficinas, otros optaron por mantener a sus trabajadores laborando manera remota. Según un sondeo realizado por Harvard Business School, después de superada la pandemia, por lo menos un 16% de los trabajadores continuará realizando sus labores desde casa.

¿Qué opinan los trabajadores del trabajo remoto?

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En general, lo que más valoran los empleados del trabajo a distancia es la flexibilidad de horario, el poder realizar sus funciones desde cualquier lugar, no tener que desplazarse y contar con más tiempo para estar en familia. 

Sin embargo, el hecho de que no exista una separación entre hogar y trabajo podría llevar a los empleados a dedicar más horas a sus labores de las que pasarían dentro de su oficina, y esto no necesariamente significa una mayor productividad. También se puede dar el caso contrario, en que los trabajadores opten por enfocarse en cuestiones domésticas y dejen el trabajo en un segundo plano.

La gestión del tiempo en el trabajo remoto

Para evitar caer en los inconvenientes del trabajo desde casa antes mencionados, es indispensable llevar a cabo una planeación y elección adecuada de prioridades

Planeación

Se debe realizar una planeación semanal o mensual de acuerdo a prioridades y apegarse a estos objetivos. Para ello es fundamental:

Ser disciplinado. El hecho de estar en casa no significa que no debamos tener un horario para levantarnos de la cama, asearnos, comer, trabajar y dormir.

Destinar un lugar cómodo, silencioso, de preferencia aislado, para trabajar. La familia debe comprender que estar en este lugar, es similar

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a estar en la oficina, así que no se nos puede distraer más que para situaciones realmente importantes. Colocar el trabajo por orden de importancia y rechazar todo aquello que no contribuya al adelanto de prioridades.

Enfocarse en una sola actividad a la vez. Dedicarse al mismo tiempo a varias pequeñas actividades no nos hace más productivos, al contrario, recordemos que “el que mucho abarca, poco aprieta”.

Definir cierta cantidad de horas al trabajo y no excederse. Estar en casa no significa que se deba trabajar hasta muy tarde o atender peticiones de superiores o clientes fuera de horario. Igual de importante que el trabajo es agendar tiempo para el ocio, convivencia familiar y descanso.

Enemigos del tiempo

Una correcta gestión del tiempo es identificar los pequeños distractores, muchos de ellos innecesarios, que absorben valiosos minutos de nuestro día.

Los más obvios son factores externos como tomar llamadas, responder correos electrónicos, distraerse con las redes sociales, interrupciones por situaciones domésticas (atender la puerta, resolver situaciones con los hijos, empleados domésticos, etc.), ruidos y distractores visuales, un espacio para el trabajo poco adecuado, etc.

También existen factores internos más difíciles de identificar, por ejemplo, realizar funciones que no nos corresponden por no saber decir que NO o porque nos cuesta trabajo delegar, aplazar las cosas por desidia, no ser disciplinados con los horarios, tendencia a la distracción, estresarse demasiado por cuestiones fuera de nuestro control, falta de motivación, etc.

En ambos casos, debemos desechar aquello que no aporta beneficios de ningún tipo y solo obstaculiza el trabajo y contemplar dentro de la agenda solo aquellas situaciones inevitables, por ejemplo, en caso de tener hijos pequeños que demandan atención inmediata, saber que dentro de nuestro día de trabajo deberemos dedicar determinado tiempo a ello. En este caso es posible ser flexible con los tiempos, siempre y cuando se cumplan las metas diarias o semanales que nos impongamos.

Acciones necesarias, pero no urgentes, como revisar el correo electrónico, se deben realizar tan solo una vez al día, al principio de la jornada. En el caso de las redes sociales, debemos limitarnos a revisarlas solo durante los momentos destinados al ocio, y no atender mensajes cada vez que escuchamos una notificación.

En resumen, gestionar el trabajo en casa implica una planificación por orden de prioridades, respetar los horarios de inicio y finalización de la jornada, enfocarse en una tarea a la vez, pedir el apoyo familiar para evitar distractores y trabajar en la autoexigencia.

Texto por : Ana Paula Cuervo and Luis Valladares

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