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Trabajo y estrés en tiempos de COVID

El estrés se ha convertido en un problema común en nuestros días, que afecta la salud física y mental de quien lo padece. En los entornos de trabajo, el estrés genera baja productividad y problemas de convivencia entre colaboradores. El estrés es detonado por un exceso de estímulos y responsabilidades características del estilo de vida actual, como la necesidad de cumplir con demasiadas actividades y compromisos en un solo día, la competitividad entre colegas, los embotellamientos de tránsito, los problemas económicos, la falta de tiempo libre para actividades recreativas o con la familia, entre muchos otros.

El COVID-19 y sus efectos en el estrés laboral

La pandemia por COVID-19 ha traído demasiados cambios en muy poco tiempo para la mayoría de las personas. De acuerdo a un estudio para medir el estrés laboral a causa de la pandemia, por lo menos un tercio de la población global ha debido modificar su rutina de trabajo, sus hábitos personales y limitar la interacción con otras personas, como parte de las medidas para evitar la propagación del virus. Esto, aunado al miedo y ansiedad por enfermar, han incrementado los niveles de estrés en los trabajadores, por lo cual, no debería sorprendernos que pronto esta crisis se convierta en una emergencia psicológica, política y social. El estrés es un problema que ya afectaba a las empresas antes de la situación actual. Sus efectos, como la ansiedad o depresión, provocan absentismo o bajo rendimiento, lo cual genera pérdidas económicas anuales de más de mil millones a nivel mundial, de acuerdo a cifras de la OMS. Hoy, el departamento de RRHH debe poner especial atención en los detonantes de estrés que el COVID-19 pueda dejar en sus trabajadores, para ayudarles a sobrellevarlo o transformarlo en estrés positivo.

Cómo manejar el estrés laboral durante la pandemia

El primer paso es identificar el estrés a través de sus síntomas, entre los que se encuentran:

  1. Irritación y/o negación.

  2. Miedo e incertidumbre.

  3. Ansiedad.

  4. Falta de motivación y/o agotamiento.

  5. Problemas de concentración.

  6. Depresión.

Una buena comunicación

Es necesario mantener una comunicación abierta entre empleados o empleadores para identificar juntos los detonantes del estrés. De este modo será más fácil trabajar en soluciones. Se deben encontrar formas de incrementar el sentido de pertenencia de los trabajadores, hacerles comprender que todos están juntos en esto, de esta forma encontrarán sentido a sus actividades y se identificarán con el equipo de trabajo, a pesar de que deban trabajar de manera distinta a lo que estaban acostumbrados.

Realizar ejercicios de relajación

Independientemente del sistema de trabajo que haya adoptado la empresa durante la pandemia, ya sea a distancia, en un modelo híbrido o presencial con medidas de precaución, es necesario implementar ejercicios de relajación y motivar a los colaboradores a llevar un estilo de vida saludable, con una dieta balanceada y ejercicios. Por otra parte, es tarea de recursos humanos preocuparse por facilitar apoyo en salud mental a quien así lo requiera.

Enriquecer el trabajo

Es importante valorar el esfuerzo de todos, así como respetar los horarios y carga de trabajo. Esta situación no justifica que los empleados deban trabajar más horas o realizar tareas que no les corresponde, ya que esto puede derivar en padecimientos como el “Síndrome de Burnout” o “Síndrome del trabajador quemado”, el cual ocurre como resultado del estrés crónico. Según la OMS, este padecimiento se caracteriza por un estado de agotamiento emocional, despersonalización del trabajo (actitud cínica o distante) y sensación de ineficacia, además de pérdida de habilidades para la comunicación.

El estrés positivo

Es posible gestionar el estrés para transformarlo en “combustible” de la productividad. El estrés bien encausado puede ser un recurso transformador, ya que al conocer los motivos que lo provocan y aceptar las reacciones que produce en el cuerpo, en lugar de evitarlas, permite encausarlas de forma positiva para trabajar más eficientemente. Al resignificar el estrés laboral se logra incrementar la resiliencia y se adquiere una actitud positiva de esfuerzo y lucha, necesarios para afrontar los obstáculos de esta compleja etapa a la que nos enfrentamos.

Texto por: Ana Paula Cuervo y Luis Valladares

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